Los 1000 primeros días están comprendidos desde la concepción hasta los dos años de edad y constituyen una gran oportunidad para asegurar la salud, el crecimiento y el desarrollo (físico y mental). Una correcta nutrición en este tiempo es una pieza clave a lo largo de la vida.
EMBARAZO Y LACTANCIA: ¿CÓMO INFLUYE LA ALIMENTACIÓN?
Los 1000 primeros días están comprendidos desde la concepción hasta los dos años de edad y constituyen una gran oportunidad para asegurar la salud, el crecimiento y el desarrollo (físico y mental). Una correcta nutrición en este tiempo es una pieza clave a lo largo de la vida.
A lo largo de estos 1000 primeros días, cada etapa (embarazo, lactancia, niñez) conlleva requerimientos nutricionales específicos que, si no son atendidos, pueden traer consigo problemas de salud dentro de las que se encuentran la desnutrición y las enfermedades no transmisibles como diabetes, hipertensión arterial, sobrepeso, obesidad, cáncer.
La nutrición de la madre influye en la aparición de diferentes enfermedades (crónicas o autoinmunes) por el efecto que pueda tener esta (nutrición) durante el embarazo y en el desarrollo del niño a lo largo de la infancia. Los hábitos alimentarios en el embarazo pueden influir hasta en 3 generaciones, es decir, la forma de alimentarse de la madre puede o no favorecer la salud del bebé y del niño a lo largo de toda su vida.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda una dieta sana durante el embarazo que aporte una cantidad adecuada de energía, proteínas, vitaminas y minerales obtenidos mediante el consumo de diversos alimentos, entre ellos verduras, hortalizas, carne, pescado, legumbres, frutos secos, cereales y fruta.
En la Revista Peruana de Ginecología y Obstetricia encontramos Lineamientos de Nutrición Materno Infantil del Ministerio de Salud:
1.- Adecuado aporte de energía que asegure una ganancia de peso acorde con el peso antes del embarazo.
2.- Aporte adecuado de nutrientes clave como el hierro, calcio, ácido fólico, vitaminas C, A, D y E por parte de la dieta diaria.
3.- Fomentar el consumo de frutas y verduras por el aporte de fibra para prevenir o combatir el estreñimiento tan frecuente en el embarazo y durante la lactancia.
4.- El aporte nutricional y energético debe estar distribuido en 5 comidas al día, 3 principales (desayuno, almuerzo y cena) y 2 meriendas (media mañana y tarde).
5.- Restringir el consumo de bebidas gaseosas, energéticas y golosinas durante el embarazo.
6.- Recomendar el uso de sal yodada en las comidas como medida de prevención en la aparición de desórdenes por deficiencia de yodo.
Alimentarse de manera correcta y reforzar la alimentación con complementos nutricionales son de las mejores decisiones que puede tomar una mujer embarazada para favorecer el adecuado crecimiento y desarrollo del bebé y del niño.
Durante la lactancia, el punto de partida que debemos tener claro es que la leche materna es el mejor alimento para los bebés, principalmente, durante los primeros 6 meses de nacidos.
Los requerimientos nutricionales durante esta etapa están destinados a cubrir las pérdidas a través de la leche materna. La grasa que contiene la leche materna varía con la dieta de la mamá, caso contrario a lo que sucede con los carbohidratos, proteínas, calcio e incluso el hierro, estos nutrientes no tienen mayor impacto en la calidad de la leche materna, incluso si el consumo diario es bajo.
En cuanto a vitaminas y minerales si existe un problema y consecuencia, si la madre tiene un bajo aporte (que proviene de la dieta diaria y de los complementos nutricionales) de vitaminas como C, D, A, entre otras, la leche contiene menor cantidad de estos nutrientes poniendo en riesgo la salud del lactante.
De acuerdo con la OMS (Organización Mundial de la Salud) la alimentación complementaria es el proceso que comienza cuando la leche materna por sí sola ya no es suficiente para satisfacer las necesidades nutricionales del lactante, y por tanto se necesitan otros alimentos y líquidos, además de la leche materna.
Por recomendación de la OMS, los lactantes deben recibir lactancia exclusivamente materna durante los primeros seis meses de vida para lograr un crecimiento, desarrollo y salud óptimos.
A partir de entonces, a fin de satisfacer la evolución de sus necesidades nutricionales, deben recibir alimentos complementarios nutricionalmente adecuados e inocuos, al tiempo que siguen tomando el pecho hasta los dos años o más.
La alimentación complementaria tiene diferentes objetivos como cubrir los requerimientos nutricionales del niño con el aporte adecuado y balanceado de macro y micronutrientes, el desarrollo de hábitos de alimentación saludables como por ejemplo, un horario y favorecer el desarrollo de gusto por los sabores nuevos, texturas y olores.
Pasados los 1000 primeros días no hay marcha atrás. Este periodo, que puede parecer sumamente largo, nos brinda una oportunidad única para promover y apoyar el óptimo crecimiento y desarrollo de los niños, y, a su vez, asegurar un buen sistema inmunológico.
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