El embarazo nos trae un gran desafío a nivel nutricional debido a que los requerimientos nutricionales van en aumento y, si estos no se cubren, pueden presentarse diversas alteraciones que ponen en riesgo la salud tanto de la madre como del bebé.
IMPORTANCIA DEL ÁCIDO FÓLICO EN EL EMBARAZO
El embarazo nos trae un gran desafío a nivel nutricional debido a que los requerimientos nutricionales van en aumento y, si estos no se cubren, pueden presentarse diversas alteraciones que ponen en riesgo la salud tanto de la madre como del bebé.
Una alteración (déficit) en la ingesta de micronutrientes como el ácido fólico, hierro, calcio, zinc, entre otros, puede desencadenar en preeclampsia, problemas neurológicos, malformaciones en el bebé, retraso del crecimiento, desmineralización ósea, anemia, bajo peso al nacer, etc.
Los problemas neurológicos y malformaciones en el bebé, actualmente, se pueden evitar gracias a la suplementación de ácido fólico antes, durante y después del parto.
El ácido fólico es indispensable para un óptimo desarrollo del bebé y salud de la mamá. La deficiencia en el bebé puede ocasionar defectos en el tubo neural, labio leporino y cardiopatía congénita. En la madre, abortos espontáneos, parto prematuro y preeclampsia.
Según datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud), más del 40 % de las mujeres embarazadas en el mundo sufre de anemia debido a la falta de hierro y ácido fólico.
Podemos encontrar ácido fólico en muchos alimentos como verduras de hoja verde (espinaca, acelga, brócoli), carnes rojas, vísceras y cereales integrales, pero, es muy importante la suplementación (el refuerzo) nutricional con este nutriente porque, como lo informan los especialistas:
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